cómo decidir cuando no te atreves a decidir

Cómo decidir cuando no te atreves a decidir

El miedo a equivocarte y el miedo a no saber qué ocurrirá, son dos de los motivos que te mantienen bloqueada.

Estás atrapada en este trabajo.

Y no acabas de atreverte porque tienes miedo, y porque no sabes cómo hacerlo.

Precisamente para que puedas decidir y avanzar hoy te voy a hablar de cómo tomar tus decisiones.

Si realmente estás preocupada sobre lo correcto o incorrecto de tu decisión te voy a decir que debes cambiar el planteamiento.

Empieza a pensar la coherencia o incoherencia de la decisión que quieres tomar para contigo.

Con tus valores, con tu persona.

Para poder tomar una decisión coherente, que te ayude a llegar donde quieres, lo primero que tienes que saber es dónde quieres llegar.

Sé que para muchas ésta es la primera dificultad.

A veces no tenemos claro lo que queremos.

Esta situación puede ser el motivo por el que no acabas de arrancar con tu cambio, y por eso es muy importante ponerte en marcha con ello.

Tu primera decisión por lo tanto es descubrir qué te gusta, qué es lo que quieres hacer.

Seguramente le has dado ya muchas vueltas, pero si aun así no consigues saberlo es que quizás en vez de pensar debes empezar a hacer.

Si este es tu caso, aquí te dejo estos artículos que te pueden ser de ayuda.

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Una vez que tienes establecida tu dirección, piensa en todas las cosas que puedes hacer, todos los pasos que puedes dar para conseguir acercarte a ello.

Antes de seguir quiero detenerme a ver la diferencia entre objetivo y dirección.

La razón por la que afirmo que saber cuál es tu dirección es el primer paso.

Los objetivos no son el fin, si no aquello que nos sirven para organizar y planificar, y acercarnos así al lugar donde queremos estar.

Es decir, nos ayudan a cumplir nuestra dirección.

Puede ser que busques tener un trabajo que te guste, y en el que te puedas sentir realizada.

Con una exigencia y horario que te permita mantener equilibrio entre tu vida personal y profesional.

Una vida profesional en armonía con tu persona, alineada y coherente con tus valores

Que te ayude a crear valor a tu vida y la de otras personas, que ayude a que tu vida sea significante y significativa.

Pues bien, todo esto sería la dirección.

Más concretamente, esta era mi dirección cuando me propuse mi cambio laboral.

Y es también el de muchas otras mujeres, la mayoría, que se acercan a mí.

Es decir, la dirección es eso que surge cuando juntas aquello de lo que te quieres alejar, que no quieres en tu vida:

Horarios interminables, estrés, en el que estás rodeada de valores muy alejados de los tuyos, que no aporta significado a tu vida etc.

con aquello a lo que te quieres acercar, que sí quieres que haya, que sea:

equilibrio, paz interior, realización, estabilidad, valores coherentes contigo, sentido y significado, aportación etc.

Los objetivos son aquello que te ayudará a que ocurra, a materializarlo.

Por eso cuando vas a tomar una decisión debes pensar en ambas cosas.

No solo se trata de acercarte a tu objetivo, sino también de que cumpla la propia dirección.

Por ejemplo, imagina que tu dirección es también la que he mencionado arriba y te sale una oferta de trabajo.

Digamos que el puesto ofertado requiere estar pendiente del correo y las llamadas después de tu jornada de ocho horas.

Hay dos cosas que debes tener en cuenta antes de tomar esa decisión:

  1. ¿De qué manera me ayuda a acercarme a mi dirección?

Puede ser un paso intermedio para conseguir recursos económicos, contactos, conocer un nuevo sector…

  1. ¿De qué manera cumple mi dirección?

Me hace trabajar más horas de las que quiero, pero es en el sector que quiero probar…

O de ninguna manera voy a estar después del trabajo conectada y pendiente de él…

Todo esto sólo depende de ti, de que sepas a qué te quieres acercar y de que te quieres alejar:

Qué no quieres de ninguna manera.

Qué estás dispuesta a hacer para lograrlo.

Qué pasos intermedios pueden ayudarte y cómo.

Como siempre digo hay que ser realista, sin confundir realismo con pesimismo o catastrofismo.

Debes tener en cuenta que, aunque no es imposible, es complicado que mañana se presente justo lo que quieres.

De hecho es la situación exacta en la que muchas pasan años esperando a que algo ocurra sin hacer nada al respecto, más que esperar.

Si quieres que pase, tienes que hacer que pase.

Para hacer que pase, debes comprender que el proceso se compone de pasos, y que debes tomar decisiones.

De lo contrario es como esperar que el electricista venga a arreglar la avería sin haberle avisado de ella.

O como poner un enchufe en la pared de casa y esperar tener electricidad, sin haber hecho la instalación eléctrica previa.

Estos ejemplos son más que obvios.

Pueden resultar incluso absurdos.

Pero es exactamente lo que hacemos cuando esperamos que las cosas pasen solas.

“La decisión”

Esto que te voy a contar ahora, si lo llevas más allá de primera impresión de que es una obviedad,

Si lo comprendes y lo integras,

Vas a neutralizar una de las principales causas de tus bloqueos a la hora de decidir.

Y es que a veces nos abruma tanto tomar una decisión porque creemos que es LA DECISIÓN.

La decisión de la que dependerá el resto de tu vida profesional, o el resto de tu vida.

Y eso es mucho peso para una sola decisión.

De hecho la vida sería mucho más fácil si con una decisión ocurrieran las cosas.

He dicho más fácil, pero desde luego no más satisfactoria.

No hay garantía de que salga bien, y eso sería jugársela todo a una carta

El precio sería muy alto, ya que tendríamos mucho menos control y margen de maniobra sobre nuestra vida.

Por suerte no es así.

Antes de esas decisión y después de ella ha habido y va a haber muchas más decisiones.

Y es con todas ellas con las que podrás ir dando forma a tu vida.

Recuerda que no hay decisiones correctas o incorrectas.

No hay nada irrevocable.

Claro que hay consecuencias, y por eso cuando tomes una decisión debes pensar en los posibles resultados, y en tus posibles alternativas.

Y por supuesto también qué consecuencias estás dispuesta a asumir.

Pregúntate: dentro de un tiempo, unos meses, unos años… cuando mire atrás ¿cómo me gustaría haberlo hecho?

Y no digo solo qué te gustaría haber hecho, sino CÓMO.

De una manera valiente, cautelosa, honesta, consciente, coherente, sincera…

Todos hacemos las cosas de la mejor manera que sabemos y podemos en cada momento.

Si crees que hay algo más que puedes saber para hacerlo mejor ahí tienes una vía que cubrir.

Pero no dejes de tomar decisiones por no saber qué va a ocurrir después.

Es muy fácil caer en eso de ver los “errores” como se suele decir “a toro pasado”.

Pero es que eso que sabes ahora, no lo sabías antes.

Y lo que es más importante, no tenías manera de saberlo.

Está claro: no hay garantías, pero desde luego pase lo que pase siempre hay opciones.

Lo importante es que tus decisiones sean coherentes contigo, con tu dirección.

Ese será tu faro y tu guía.

Estoy segura que estos otros artículos también podrán ayudarte con tu decisión de reinventarte profesionalmente:

Excusas para dejar un trabajo

Por qué debes tener un trabajo con el que te sientas feliz

Sobre mí – Olaia Calvo

Soy facilitadora de procesos de cambio y coach. Trabajo con mujeres profesionales inconformistas que desean y necesitan hacer un cambio en su vida para sentirse satisfechas y en paz consigo mismas. Te ayudo a ganar claridad, confianza y seguridad para determinar qué es lo que quieres y cómo lo quieres para tomar las decisiones que te lleven a conseguir una vida personal y/o profesional plena y coherente contigo.

Descubre cómo puedo ayudarte aquí.

¡Ah! y no te olvides de compartir este artículo para que otras personas también puedan empezar a poner en orden su vida! Ser generoso siempre tiene recompensa ; ) 

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