07 Feb La clave que te hará hacer click, desbloquearte y ponerte en marcha
Desde hace mucho tiempo encuentro constantemente artículos y estudios sobre los niveles de insatisfacción laboral en el mundo.
Cifras que hablan de un 87% de la población que dicen sentir infelicidad en cuanto a su relación con su trabajo, y de un tímido 15% de personas que se sienten comprometidas laboralmente.
La calificada como “epidemia global” que señala al estrés crónico como segunda causa de los problemas de salud relacionados con el trabajo, según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
En España, en concreto, el 59% de los españoles sufre algún tipo de estrés en el trabajo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pero es que además de estos datos, no paro de hablar con gente, en entornos dentro y fuera del trabajo, que precisamente sufren esta insatisfacción personal y profesional durante años, como si fuera algo con lo que hay que aprender a vivir.
Y yo, que soy de naturaleza curiosa, que he pasado por ahí y que me dedico a ello, les pregunto cuál es la causa por la que no dan el paso para un camino, su camino, con el que se sientan motivadas, llenas y alineadas.
Como os podéis imaginar las respuestas son variadas, pero hay dos causas principales.
La primera, es que no saben qué hacer con su vida, ni tampoco cómo hacer para saberlo.
La segunda, es que sienten miedo.
El mío, desde luego, era la primera. No tenía ni idea de:
- Qué hacer con mi vida
- Qué me gustaba realmente, o mejor dicho qué me gustaría hacer como para vivir de ello
- En qué era buena, cuál era mi talento o talentos
- Qué era factible (y no pájaros en la cabeza, como a veces me decían)
Claro que sentía miedos, muchos: Miedo a la incertidumbre de no saber qué pasaría, a fracasar, a defraudar a mi entorno, a que no me comprendieran
Pero no podía enfrentarme a ellos si ni siquiera sabía qué quería hacer, hacia dónde ir.
Cuando contaba en mi entorno cómo me sentía, siempre me preguntaban ¿pero qué quieres hacer?
Y yo no tenía ni idea de qué quería hacer, pero estaba segura de que lo que estaba haciendo no.
Tenía claro que necesitaba saber mi dirección, el sentido que yo quería darle a mi paso por el mundo, y que mi mayor miedo era que no existiera eso que anhelaba, y por lo tanto tener que vivir así, sin sentido, toda mi vida.
En otras palabras, necesitaba descubrir mi propio camino porque me aterrorizaba la idea malgastar mi vida viviendo una vida que sentía que no era la mía.
Fue este dolor el que me impulso a perseverar para descubrir esa vida a mi medida, que estaba segura de que debía de existir en algún lugar.
Sé que es difícil, que da miedo… pero si tanto sufrimos, si tan infelices nos hace ¿por qué no hacemos nada? ¿qué es lo que te lleva a no hacer nada? ¿A condenarnos a seguir igual?
QUE CREEMOS QUE NO ES GRAVE NI URGENTE.
Creemos que no es tan importante, que ya lo haremos. O que solucionará solo. Que tendremos un momento de iluminación, o que el malestar simplemente desaparecerá.
Puede que ahora mismo no te esté causando un dolor que sientas que tienes que remediar inmediatamente.
Pero debes saber que esto es un error por el que estás pagando un precio muy alto.
Y lo sé porque yo lo he pagado.
Pagas el precio de estar dejando tu vida, literalmente, tu energía, tu ilusión (que cada vez es menos) en un camino que no estás disfrutando, y que no te llevará donde quieres.
Estás pagando el precio del impacto que tiene la desmotivación, el estrés, la tristeza, el vacío, la ansiedad en cada área de tu vida.
Estas perdiendo la oportunidad de vivir una vida coherente contigo, en la que puedas hacer y aprender cosas que te gustan, que te lleve en la dirección en la que quieres avanzar, y de la que puedas disfrutar de cada uno de los días que la componen.
Y ese fue mi click: darme cuenta de que la vida es algo grave y urgente.
- Que no quería acostumbrarme, ni conformarme, a vivir una vida carente de significado, y alejada de quien soy yo.
- Que no estar “tan mal”, no es lo mismo que estar bien.
- Que la vida era una, y la mía era mía, con todos mis derechos y responsabilidades.
- Y que solo yo sería entonces responsable de mi infelicidad.
Ni la situación laboral, ni las expectativas y presión de mi entorno, ni la sociedad, ni el sistema educativo…
Sólo yo.
Y ¿qué hice con los miedos?
Pues lo mismo que hago ahora: los voy venciendo conforme avanzo y construyo mi vida.
Éste es un camino de crecimiento, en el que aprendes, mejoras, adquieres herramientas y conocimientos. En el que conoces tus fortalezas y tus puntos débiles, en el que aprendes a aceptarte, a errar y a levantarte.
Y todo esto es, en definitiva, vencer tus miedos.
El miedo no va desaparecer. Y no me refiero solo al proceso de descubrir tu camino. Me refiero a la vida.
O es que acaso ahora mismo, tal como estás y donde estás ¿no sientes miedo?
El miedo no debe desaparecer, porque es lo que hará que puedas mantenerte a salvo a lo largo de la vida, y la vida para que lo sea debe ser cambio, transformación.
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Sobre mí – Olaia Calvo
Soy facilitadora de procesos de cambio y coach. Trabajo con mujeres profesionales inconformistas que desean y necesitan hacer un cambio en su vida para sentirse satisfechas y en paz consigo mismas. Te ayudo a ganar claridad, confianza y seguridad para determinar qué es lo que quieres y cómo lo quieres para tomar las decisiones que te lleven a conseguir una vida personal y/o profesional plena y coherente contigo.
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Sobre el Autor
Olaia Calvo
Soy Olaia y te ayudo a encontrar tu vocación y recuperar la confianza en ti misma, para desarrollarte personalmente, crecer profesionalmente y crear la vida que sueñas y mereces.
He ayudado a cientos de mujeres Multiapasionadas que no tienen una vocación clara a realizarse vital y profesionalmente.
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